viernes, noviembre 06, 2015

Adiiiiios amigo magistrado


El otro día me quedé atónito tras ver un video en “Youtube” en donde se mostraba un peculiar rifirrafe entre una muchachita hispana y un magistrado durante la celebración de un juicio corto por tenencia de drogas. La acusada, una jovencita de origen hispano, esposada y vestida con el típico pijama naranja carcelario desesperaba con su mala educación a un juez que trataba de establecer la cuantía de la multa.

El video empieza con la intervención de la fiscal presentándole al juez la causa por la cual la chiquilla comparece ante él: tenencia de un tipo de droga. Este, desconocedor de esa sustancia la pregunta por ella. La fiscal le aclara esa duda y continúa indicándole que la acusada tiene derecho a la reducción a la mitad de la multa al haber colaborado. Para un europeo, acostumbrado a un sistema judicial que pretende ser serio, ver a una condenada siendo juzgada por un tipo que ni siquiera sabe de qué va el motivo de la acusación le recuerda más bien a aquella serie de televisión en dónde el simpático juez Harry se las veía con una bizarra tropa de variopintos personajes. ¿En qué mundo cabe que el juez no sepa de qué va el juicio que está dirigiendo? Y lo que es peor aún… ¿En qué mundo cabe que sea un fiscal el que le aclare al juez dudas sobre sustancias sicotrópicas? ¿Acaso los gloriosos Estados Unidos de América se han gastado todo su presupuesto en tanques y no les queda pasta para contratar forenses? ¿Acaso la vida de una muchacha de 18 años puede depender del conocimiento sobre sustancias sicotrópicas de una mujer que ha estudiado derecho? ¡Ay… esa gran nación llamada los Estados Unidos de América!

Tras esta absurdez procedimental el juez le pregunta a la jovencita si trabaja y lo que cobra. Como diría cierto conocido presentador de televisión ante un error de su equipo..¡¡¡¿Pero esto qué es …?!!! Otra cosa impensable en Europa. De un plumazo una información privada termina convirtiéndose en pública por la total falta de escrúpulos de una sociedad ajena a la protección de datos existente en Europa. Y lo más inquietante… ¿Qué carajos tiene que ver la nomina de alguien en un juicio de faltas administrativas por posesión de drogas en donde la cuantía de las multas está determinado por ley?

Al escuchar esta pregunta, la muchacha tambaleándose y con la risa floja como si estuviera poseída por algún tipo de sustancia sicotrópica, le responde que si trabaja y lo que cobra. El juez, impasivo ante la evidente condición de la detenida y olvidándose de su corta edad, la pregunta si tiene casa, coches o joyas en propiedad. Desconozco lo que pasa en los Estados Unidos, pero aquí en Europa las chiquillas de 18 años no suele tener ni bienes inmobiliarios ni coches, ni valiosas joyas en propiedad. No sé si por lo inconveniente de la pregunta o por el estado de felicidad inducido en el que se encontraba, la jovencita se salta todas las normas no escritas de comportamiento en un juicio y empieza a reírse descontroladamente mientras que dice que tiene joyas, muchas joyas.  El juez aguantando estoicamente la falta de decorosidad de la acusada le pregunta por el valor de sus joyas. Sin embargo, un repentino aumento de la intensidad de la felicidad de la muchacha la impide responder con coherencia y, limitando su vocabulario a dos palabras, repite varias veces: muchas joyas.  El juez, empezándose a hartar de la situación la replica con que se tome en serio esto ya que no están en un bar de copas. La joven, luchando contra la risa consigue responderle que se lo toma en serio, peo que el juez la hace reír. ¡Qué agallas! ¡Qué valeroso acto de insensatez! ¡Llamar broma con piernas a un juez que te está juzgando! Este es el momento en el que me declaro fan incondicional de Penélope Soto. Penélope… Do you wanna merry me? No, pensándolo mejor… no. El juez, que más que tener pinta de querer casarse con ella, parece querer pedir el divorcio de un inexistente matrimonio, insiste con su pregunta. Momento en el cual a un servidor se le quitan todas las ganas de siquiera acercarse a la jovencita. Ésta en un acto propio de los fenómenos desafiantes a la  ciencia de la serie Fringe, invoca el nombre de Rick Ross, un rapero conocido en su domicilio a la hora de comer. ¿Acaso el espíritu del fallecido hermano del rapero había hecho acto en el juicio para dar a conocer la identidad de sus asesinos? ¿Acaso el propio Rick, harto de su música poseyó a la joven para poder disfrutar del rock en condiciones: sexo, drogas y rock and roll? O lo que más miedo da… ¿Acaso Penélope Soto es una fanática del rapero de las que pernoctan durante tres noches seguidas ante la entrada de uno sus conciertos? Lo dicho… mucho miedito le tuvo que dar al magistrado Jorge Rodríguez Chamot para acabar el interrogatorio con un… ya que tienes joyas las puedes vender y pagar así la totalidad de la multa, 5000 dólares.

Con la situación más calmada y tras firmar la sentencia, el juez se ve poseído por ese diablillo juguetón que todos tenemos dentro y con un gesto irónico de despedida con la mano derecha le dice a la sentenciada “bye bye”. Ella, herida en su interior y burlándose del horrible acento cubano del juez le responde en perfecto castellano… adiós. El juez, herido en su orgullo, llama a la chiquilla, pide la sentencia que acababa de firmar y la dice mientras escribe en ella: ahora la multa es de 10000 dólares, despidiéndose con un adiós horriblemente pronunciado en español. De pronto, el mundo de felicidad en donde vivía la joven se convierto en un mar de enfado y frustración que la hacen responder con un “que te jodan” aderezado con un corte de mangas. El juez envalentonado por el poder que le confiere la sala la vuelve a llamar para sentenciarla a 30 días de cárcel.

Este magistrado que tuvo su momento de fama durante el año 1998 por una pelea a puñetazo limpio durante su época metido en política, originó con su actitud una fuerte polémica en la red de redes. Evidentemente se le criticó por un claro uso indebido de su autoridad. No es muy normal que un tipo que tiene que repartir justicia según un código determinado por una serie de señores elegidos por el pueblo, aplique las penas que a él le vengan en gana. No es muy normal que ante una actitud de desacato por parte de una acusada en un juicio por tenencia ilícita de drogas, el juez en vez de acusarla de desacato y postergar la pena correspondiente a un posterior juicio de desacato a un tribunal, incluya esta pena en la pena resultante de la pena impidiendo con ello la defensa legal a la que la acusada tiene derecho. No sé en Estados Unidos, pero en Europa este tipo de actitudes eran típicas de la Inquisición o de dictaduras como la de Franco o las habidas en la Unión Soviética. Pero a mí lo que me resulta realmente sorprendente es que un tipo que ha tenido un cargo político en las filas del Partido Republicano, juzgue un caso en el que la acusada es una hispana. Si perteneces a ese partido significa que estás de acuerdo con sus ideas, y estas no son demasiado favorables con los inmigrantes, especialmente los hispanos.

Durante el juicio, se ve que el efecto de las drogas unido al notable acento cubano del magistrado provoca una risa insostenible de la acusada. Volviendo por un momento a lo anterior, no se entiende que un tipo nacido en Cuba, con nombres y apellidos hispanos, y cuya ascendencia es totalmente cubana, defienda las ideas de un partido cuyo máximo exponente hoy en día es Donald Trump. Tampoco se entiende que habiendo vivido casi toda su vida en EEUU, mantenga ese acento tan fuertemente cubano. Eso no exculpa la actitud de Penélope Soto, pero si lees este escrito amigo Jorge deberías de hacértelo mirar. Y sobre todo no enfadarte porque una chiquilla hasta arriba de drogas y de alcohol ponga en evidencia tu ascendencia cubana. Pero lo que ya no se entiende es que siendo el español su lengua materna pronuncie tan mal este idioma. Eres juez en un estado con un porcentaje muy elevado de población hispana y tú les faltas al respeto ignorando tus orígenes.

También hay que decir que junto con todas las críticas a Jorge Rodríguez Chamot por su actitud, hubo muchas voces en su favor y de crítica hacía la jovencita. Esta juventud de hoy en día que no respecta a los mayores y estos inmigrantes que viven en una continua orgía de drogas y de pillaje. Vale, sí, Penélope Soto actuó mal; pero también hay que saber lo que pasó realmente y de lo que se le acusa. En ningún país Europeo se le pone una multa a nadie por tenencia de ansiolíticos. Sí, la terrible droga por cuya tenencia se detuvo a Penélope eran unas pastillas contra la ansiedad que con una receta médica se pueden adquirir en cualquier farmacia. Lo dicho… United States, what a crazy country!

Parece ser que la citada jovencita estrelló su bicicleta como consecuencia de una caraja del quince. Cuando unos agentes de la ley fueron a socorrerla, se encontraron con que tenía en su poder 26 pastillas contenedoras del principio activo Alprazolam, un fuerte ansiolítico. En base a una extraña e inexplicable ley que considera esos medicamentos como peligrosísimas drogas, la chiquilla fue detenida. Al interrogarla sobre los ansiolíticos, perdón drogas, que tenía en su poder ésta dijo que las usaba para ponerse mezclándolas con alcohol. ¡Cómooo! Maleducada no sé si será, pero inconsciente es un ratillo. Penélope, si por alguna extraña razón tus ojos han ido a parar a este escrito, hazle bien a tu hígado e infórmate de las consecuencias negativas que tiene mezclar dos sustancias tan hepatotóxicas como son unos ansiolíticos y las bebidas alcohólicas. Volviendo al motivo de la detención, porque recordamos que no se la detuvo por mezclar alcohol y medicamentos, sino por posesión de medicamentos. ¿De verdad alguien cree que ese es motivo para que le pongan a uno el pijama de presidiario, comparecer ante un juez con las manos esposadas y tener que pagar una multa de 5000 dólares?

Otra de los aspectos más sorprendentes del caso es el hecho de que la permitieran someterse a un juicio bajo los efectos nocivos de mezclar ansiolíticos con alcohol. ¿Es que nadie en ese juzgado tiene un par de dedos de frente, y darse cuenta que una declaración bajo esas circunstancias no vale nada? ¡Y luego estos gringos presumen de su maravilloso sistema judicial!

Tras tres días en prisión por un delito (desacato al tribunal) que fue sentenciada sin existencia de defensa legal, la muchachita vuelve a comparecer ante el juez. Esta vez en su despacho y junto un abogado y su madre. Allí, mucho más serena y entre lágrimas le pide disculpas a un más calmado magistrado Jorge Rodríguez Chamot. Ante el arrepentimiento de la sentenciada, éste le quita la pena de prisión con la condición de someterse a un programa de desintoxicación. Pero de sus disculpas por el abuso de autoridad, y su prevaricación que la condujeron a pasar tres días en prisión, ni sombra. De nuevo internet se llenó de voces alegrándose de que esa chica haya aprendido la lección, algo que el juez Jorge Rodríguez Chamot dudo mucho que haya hecho.

Tiempo más tarde, vuelve a comparecer ante un juzgado para presentar los excelentes resultados de su programa de desintoxicación. Enhorabuena estás limpia le dice la juez. Suerte te deseo yo.

Chechu,
06/11/2015